Que nuestro corazón sea más grande que nuestros intereses.
Que nuestra felicidad incluya acciones de compartir, de servir y ayudar a
nuestros compañeros y compañeras del colegio.
Que las personas que hay a nuestro lado no sean
nuestro límite, sino nuestro multiplicador.
Vivir es convivir. Y el convivir no recorta, sino
que aumenta y hace que el granito de arena conforme la majestuosidad de la
duna.
Y estoy seguro que en la tarea de crear otras felicidades seremos más
felices y humanos.
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